viernes, 26 de abril de 2019

Seis años de reforma laboral.

Lamentaría que pudieran pensar que todos los males de los trabajadores de este país arrancan de hace sólo seis años y que la reforma laboral se haya instrumentado en un solo acto.

En realidad, la democracia ganada en 1978 no ha sido especialmente favorable para los trabajadores. Y en algún momento esto habrá de rectificarse si no queremos abonarnos a las consecuencias que ya se están produciendo en la inmensa mayoría de los países europeos: el abandono de la causa democrática y la extensión entre los trabajadores de ideas autoritarias, nacionalistas y xenófobas.

Podría contarles a modo de ejemplo que a fines de los 70, seis meses de ocupación daban derecho a cuatro años de prestaciones de desempleo y que hoy por seis años cotizados sólo se lucran dos años de prestaciones. Podría contarles que a fines de los 70 la indemnización por despido improcedente alcanzaba los dos meses de salario por año trabajado y que hoy la indemnización está legalmente establecida en 33 días por año de servicio y, según y cómo, en 20. Finalmente podría contarles que la base reguladora de la jubilación de calcularse por las cotizaciones de dos años, pasó a ocho, luego a quince y se habla de la totalidad de la vida laboral en un próximo futuro. El problema no es ese, sin embargo, el problema son las lagunas de cotización que se rellenan con el SMI o incluso con importes inferiores al SMI: y el resultado es que la desgracia laboral del desempleo, la enfermedad, etc. trae consigo otra desgracia: la ruina de la pensión de jubilación.

Antonio Seoane García
Magistrado del Juzgado de lo Social nº 34 de Madrid